Tal y como está hoy en día el mundo no es de extrañar que surjan cosas atípicas. Todo evoluciona, todo cambia, todo se reinventa, se ajusta y vuelve a nacer, casi siempre con más fuerza, con más ganas, con más ímpetu, soñando que ésta vez rompa las reglas, luchando por sacar lo mejor de cada uno, por llegar a marcar un antes y un después, por renacer y seguir viviendo para quizás otro día tener que volver a repetirlo. Y claro está, cada uno afronta su vida a su manera. Los artistas actuales, tan inmersos en vorágines de discográficas (cada vez más independientes), mannagers que sacan su ganancia de mimar a sus representados mientras los exprimen al máximo para que todos ganen como se ganaba antes, y un público que cada vez es más exquisito, que aunque siempre habrán de los que sigan las modas, los demás miramos bien en que invertir nuestros caprichos de ocio, a que concierto ir, que disco comprar, quien de ellos (artistas) aporta emocionalmente más para que merezca la pena destinar las ganas de...
Y es que con los dedos de una mano son aquellos que se cuentan de poder presumir que viven de su venta de discos, de sus derechos de autor. No hay luchador en el mundo musical que crea que puede vivir de recibir cheques en su casa sin currar, sin subirse a los escenarios, sin realizar una buena promoción, sin aparecer en medios de siempre (televisión o radio) y en medios de ahora (que artista conocéis que no tenga al menos un par de perfiles en redes sociales), de viajes arriba y abajo, incluso más allá, cruzando fronteras para ampliar su abanico de posibilidades de llegar a más, de intentar convencer a más, de trabajar para poder ganar, para poder vivir.
Y si esto que, a priori, los fans disfrutan sin pensarlo, supone un gran esfuerzo para mucha gente, árduos proyectos para quienes no lo tienen tan fácil, y posiblemente muchos no lleguen a cumplir sus espectativas, bien por mal asesoramiento, bien por no dar la talla, bien por no encauzar la forma de vida de manera adecuada.
Pero de tanto en tanto aparece alguien que le da la vuelta a todo, que nos sorprende por su ingenio, por su valentía, por su humildad y por su cercanía. Éste es el caso de Vega. Quinto álbum de estudio del que de momento sólo se conocen 3 canciones. Esas mismas 3 canciones que Vega a puesto en la palestra para que su público fiel y todo aquel que quiera puedan decidir las razones por las que vale la pena destinar las ganas de...
Además, si quedas convencido, Vega ofrece la posibilidad de recibir formato físico ya autografiado por ella, directo en tu casa. A todo esto, aunque Vega diga que el motivo principal es "porque le da la gana" y así lo ha decidido, porque podía y quería, no deja de ser una estrategia de marketing, buena por cierto, y que esperamos que le de los mejores resultados posibles.
En cuanto a las 3 canciones presentadas, la homónima Wolverines, Treinta y tantos, y Febrero, son tan distintas que no es de extrañar que dejen indiferente a quien las escuche, abriendo las posibilidades de llegar a muchos más, siendo imposible que ninguna de las 3 te guste.Y como dice Merceditas, aunque no esté muy seguro que sea por su signo zodiacal (yo también soy acuario), una canción habla por si sola, pero no puede hablar por las demás, así que después de escuchar las tres, yo también me he puesto a aullar un poco y he entendido el "porque me da la gana".
Añado mi felicitación por esos escritos en su web y blog.
ENLACES:
No hay comentarios:
Publicar un comentario